El artista Julián Martínez (letsornot) ha dado una nueva vida a restos de papeles Fedrigoni, convirtiéndolos en una obra de arte para reflexionar sobre los usos circulares que hacemos de los materiales.
La escultura se compone de diferentes piezas elaboradas a partir de papel reciclado Fedrigoni y cajas de cartón de bicicletas de carga.
Proyecto Circular es un proyecto que reflexiona sobre el reciclaje, la parte lúdica inherente a la composición, la peculiaridad de cada individuo en relacionarse con los objetos y la ocupación del espacio público.
En el proceso de elaboración del mismo, se han tenido en cuenta facetas o rasgos que caracterizan las acciones que no solo tienen que ver con la representación artística o el cuestionamiento de la consideración o no del proyecto artístico y su situación al estar o no detrás de unas determinadas paredes (instituciones artísticas) o estar en el exterior de las mismas, sino que abarcan campos tan dispares como el eco diseño, el reciclaje la reflexión por parte del ciudadano/artista, ciudadano que acaba colaborando con el artista de manera que forma parte de su imaginario y de la acción, la fugacidad actual de los eventos-sensaciones-sentimientos (el proyecto aparece y desaparece como los stories de iG, en tan solo un día), y el espacio público.
La idea era crear una escultura modular abstracta dinámica y participativa que permitiera interactuar y crear diferentes composiciones con las piezas. De modo que la representación de la pieza final variará en todas sus formas y en los diferentes escenarios. Tan solo el azar y el instinto de les participantes harán que la obra se vertebra de una manera u otra.
La escultura se compone de diferentes piezas elaboradas a partir de papel reciclado y cajas de cartón de bicicletas de carga.
El uso de materiales reciclados en la creación de esta obra puede ser una forma de reflejar los desafíos y preocupaciones actuales en torno al medio ambiente y el desperdicio. Al reutilizar objetos que de otra manera se considerarían basura, se puede explorar la idea de la transformación y la regeneración, así como hacer una declaración política sobre la necesidad de ser más conscientes y responsables con los recursos naturales.
Además, el uso de materiales reciclados también puede añadir una dimensión histórica y cultural a la obra, dado que cada objeto puede tener una historia propia y estar cargado de significado. Al incorporar estos objetos en la pieza, el artista puede crear una nueva narrativa y un nuevo significado a partir de ellos. En términos estéticos, el uso de materiales reciclados también puede aportar una sensación de textura y complejidad a la obra, dado que cada objeto puede tener una forma única y una superficie distinta.
La ciudad es un lugar donde las personas viven, trabajan, se divierten y se relacionan entre sí. Sin embargo, con el tiempo, la ciudad puede volverse monótona y previsible, lo que puede afectar negativamente la calidad de vida de las personas que la habitan. Es aquí donde entra en juego la sorpresa artística.
La sorpresa artística en la ciudad es necesaria porque despierta los sentidos de las personas, les hace pensar y les permite experimentar su entorno de una manera diferente. Cuando las personas experimentan la sorpresa artística en la ciudad, se sienten más comprometidas con su entorno y tienen una mayor conexión emocional con el lugar donde viven. Esto, a su vez, puede tener un efecto positivo en la calidad de vida de las personas y en el desarrollo social y económico de la ciudad.
Para combatir la previsibilidad en la ciudad, es importante fomentar la creatividad y la innovación. Además, es importante fomentar la participación ciudadana en la creación y el diseño de obras de arte y espacios públicos. De esta manera, las personas pueden sentir que tienen un papel activo en la construcción y transformación de su entorno.
Artista: Julián Martínez (Letsornot)
Colaboradores: IMPRESUM, Vuelta de Tuerca Bikeshop, Flecha Bicimensajería, Fotografías por Alberto Valero, Bob Rodríguez y Wilmer Da Silva.