Se trata del proyecto llamado Oritsunagumono con el que Takayuki Hori ganó el primer premio en 2010 en el Mitsubishi Chemical Junior Designer Competition. Es una colección de origami destinada a denunciar la contaminación del medio ambiente y cómo afecta a una serie de especies nativas de Japón.
Cada origami está realizado con papel traslúcido en el que se ha impreso el esqueleto del animal y una pieza o elemento de desecho que éste haya podido ingerir en las zonas contaminadas. Una vez plegado el origami, el espectador capta el mensaje.