close
Redes sociales

Un asunto verde: piénsatelo bien antes de plastificar

Plastificar un proyecto impreso tiene un gran impacto en su sostenibilidad. Ilustraciones de Ryan Gillett

Durante mucho tiempo, el plastificado ha sido un problema para el medio ambiente, ya que pegar láminas de plástico a hojas de papel (o cartón) dificulta el reciclaje de ambos materiales. En «Diez consejos» (Pulp 22), Oeding Print señala que el plastificado sólo puede ser sostenible cuando aumenta la vida útil de un producto. Sin embargo, aunque los clientes deseen plastificar un artículo resistente como, por ejemplo, un menú, hoy en día existen muchas alternativas, como el Imitlin (utilizado para Paper Box, ver Pulp 19), que pueden utilizar las marcas concienciadas con la sostenibilidad y que están decididas a adoptar métodos de «ecodiseño»

Lamentablemente, las decisiones relativas al plastificado a menudo se toman sin tener en cuenta la sostenibilidad. Chiara Medioli Fedrigoni señala que, a veces, los clientes «se enamoran de la suavidad táctil de las cosas plastificadas». Existe el peligro de que una agencia, para satisfacer el ego de un director de marca, piense que añadir plástico a una etiqueta de papel o a un envase es sinónimo de «alta tecnología» o de «durabilidad» del producto.

“En el momento en que pegas dos materiales que deberían reciclarse por separado, obtienes un objeto que puede resistir la descomposición durante 200 años», afirma. «Tratándose de una etiqueta colgante para una prenda, ¡eso es demasiado! Incluso las empresas «outdoor» caen en esta trampa: quieren transmitir suavidad, cuando sus marcas y su forma de contar historias giran en torno a la aspereza”.

La directora de marketing de productos de Fedrigoni, Marta Franceschi, señala que plastificar es un tema complejo, ya que las definiciones y normas sobre la reciclabilidad de los materiales laminados de plástico/papel pueden variar mucho de un país a otro. Italia cuenta con una norma reconocida (Aticelca 501) que establece si los envases pueden reciclarse mediante una prueba de laboratorio. Ella aconseja – pero con cautela- que la reciclabilidad debe evaluarse en el objeto físico, y que un máximo del cinco por ciento de plástico (en peso) es un límite razonable.

Sin embargo, se puede evitar por completo el uso del plástico elaborando etiquetas y forrando las cajas con distintos tipos de papel -por ejemplo, papeles con relieve o texturizados- o consiguiendo el suave efecto «al tacto» de papeles como Ispira. De este modo se aumenta la sensibilidad al tacto y se facilita el reciclado de los productos.

Adherir una lámina de plástico al papel (o al cartón) dificulta el reciclaje de ambos materiales.

prev next