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¿Cuáles son los requisitos para que la impresión sea sostenible?

Según investigaciones recientes, la historia de la imprenta comienza en el año 3500 a.C., cuando las culturas persa y mesopotámica comenzaron a utilizar sellos cilíndricos para certificar documentos escritos en arcilla. En China, la xilografía sobre papel apareció en el año 200 a.C., y en el siglo XV la primera imprenta de tipos móviles comenzó a extenderse por Europa. Con el tiempo, los sistemas de impresión evolucionaron, llegando incluso a reproducir fotografías e ilustraciones y permitiendo la producción de cientos de miles de objetos impresos.

La imprenta es una industria que utiliza tintas, disolventes, papel (que a su vez requiere el uso de recursos forestales), energía y experiencia.

Fedrigoni produce papeles especiales y materiales autoadhesivos de alta calidad con el objetivo de ser los mejores proveedores, produciendo responsablemente y fabricando productos que satisfagan las necesidades creativas y técnicas de nuestros clientes y duren en el tiempo. Por eso siempre potenciamos estos diez aspectos a la hora de pensar en un proceso de impresión:

 

  1. Elige cuidadosamente el papel. Considera en la etapa de diseño el número de páginas, copias, gramajes y tamaños (para minimizar el desperdicio). Considera también el uso de papel grueso para reducir el peso total del trabajo.
  2. Ten en cuenta el contenido. Decántate por papeles etiquetados FSC® (Forest Stewardship Council) y considera los requisitos: apariencia, tacto y vida útil del producto final. Los papeles reciclados tienen algunas ventajas ecológicas, pero para una reproducción de colores absolutamente brillante, los papeles de fibra virgen resultan ser la mejor opción.
  3. Infórmate sobre la tinta. Las tintas deben contener únicamente aceites vegetales y estar libres de minerales y sustancias peligrosas (como el cobalto y sus componentes).
  4. Ten en cuenta el destintado. Si utilizas colores, barnices y tóneres especiales para la impresión digital, el destintado es un requisito clave.
  5. Los acabados especiales pueden ser sostenibles. Fomentar adhesivos, películas, tintas de efectos especiales y pinturas que puedan separarse del papel y estén libres de sustancias peligrosas; evitar la laminación.
  6. Energía. La imprenta debería utilizar únicamente electricidad verde certificada, generada -si es posible in situ- a partir de fuentes no fósiles para reducir las emisiones de CO2.
  7. Elimina los químicos. El proceso de impresión debe estar libre de HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos) y reducir los lavados de impresión que contienen COV (compuestos orgánicos volátiles) y tienen mayor impacto en el equilibrio ecológico y un entorno de trabajo saludable.
  8. Comprender el etiquetado. FSC® considera el origen y manipulación responsable de los bosques de donde proviene la celulosa. FSC® es una cadena de custodia, por lo que todos los actores de la cadena de suministro (impresores, convertidores, no solo la fábrica de papel) deben tener la certificación FSC® para colocar la etiqueta en el producto impreso.
  9. Verifica la certificación. Los sistemas de gestión ambiental certificados por ISO 14001 y EMAS fomentan la mejora continua del desempeño ambiental, como el consumo de energía, el uso de materiales, las cantidades de residuos y los balances de emisiones.
  10. Compensación. El papel puede tener un enorme impacto en la huella de carbono de una imprenta. Para mitigar el impacto existen varios programas de medición específicos de la industria capaces de calcular y compensar las emisiones generadas por la producción. Sin embargo, la compensación de las emisiones de CO2 debería seguir siendo el último recurso; es una medida necesaria pero no suficiente para lograr la neutralidad de carbono y debe planificarse después de reducir las propias emisiones.

 

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